Info Pares/Mares
(Estem treballant en la traducció d’aquesta pàgina al català.)
Queremos contarles que en Alien Zone estamos siempre dispuestos a responder a sus preguntas e inquietudes.
Seguridad:
Los juegos de lásertag como el que ofrecemos, están homologados por la UE y respetan todas las normativas vigentes en cuanto a la salud y la seguridad de sus participantes. Nuestras instalaciones fueron construidas con la seguridad de todos en mente. Tenemos a disposición la información técnica necesaria para los interesados. Nuestras actividades no dejan residuos contaminantes y tienen un impacto medioambiental mínimo.
Salud:
Si usted está preocupado porque sus hijos hacen muy poco ejercicio y pasan buena parte de su tiempo frente al televisor o a los videojuegos, piense que Alien Zone les ofrece la posibilidad de un espacio en el cual ellos podrán vivir su fantasías, ser niños y jóvenes que sueñan, mientras hacen ejercicio y entrenan sus habilidades perceptuales y motoras. La coordinación neuromuscular y la atención se entrenan con alegría en Alien Zone.
La diversión asociada al ejercicio no solo beneficia los procesos cardiovasculares y estimula el desarrollo sinó que está demostrado científicamente que el disfrute asociado al ejercicio estimula la actividad del sistema inmune creando mayor resistencia frente a las enfermedades infecciosas.
La interacción social que promueven este tipo de actividades forma el carácter y sienta las bases para el desarrollo de una personalidad equilibrada.
Consideraciones Sociales:
Vivimos en una época de grandes adelantos tecnológicos, una época en la que se destruyen tabús y se fomenta el aislamiento de muchas maneras. Jugando en el laberinto láser, por equipos e individualmente, se ríe y se disfruta en común. Vives tu fantasía compartiéndola con otras personas, más allá de la frialdad electrónica de una pantalla de vídeo, de unos caracteres de tiras cómicas con capacidades expresivas limitadas.
Violencia:
Juanjo Lopera, propietario de Alien Zone:
Tanto la madre de mis hijos como yo somos médicos, pacifistas de corazón, confrontados con las consecuencias de la violencia en carne propia, rechazamos muchas veces la petición de nuestros hijos de llevarlos a jugar al láser porque lo considerábamos un juego violento…
Cuando finalmente su insistencia encontró eco en algún pariente cercano que los invitó con otros chicos, no pudimos resistirnos y decidimos acompañarlos para experimentar en carne propia el juego y tener un juicio cimentado en la experiencia.
La verdad es que fuimos los primeros sorprendidos. Nos encontramos inmersos en un universo fantástico, riendo como críos y sin la más mínima sensación de agresividad…
En ese momento recordé un evento de mi infancia, difuminado entre las nebulosas del tiempo. Tenía yo 7 años y jugaba a indios y vaqueros con otros amigos. Cada uno tenía las típicas pistolitas de juguete. En ese entonces, 1971, soñaba yo con un sistema que me permitiera saber que había hecho blanco en mi compañero de juego pero sin causarle ningún tipo de daño….
Me encontré sonriendo, 30 años más tarde, porque había encontrado tal sistema. Los disparos certeros eran registrados por la desactivación del equipo y los puntos acumulados en la memoria del ordenador central. Al final yo podía ver a quién había desactivado, cuántas veces, en qué sitios de su chaleco… en fin, tenía toda la información con la que había soñado desde niño y ¡¡¡NO HABÍA DAÑO!!!
Luego encontré en Internet que en diferentes países, es muy frecuente utilizar los establecimientos de lásertag para eventos de iglesias, recolección de fondos para fundaciones, preparación del clima de convivencia previo a encuentros juveniles.
También encontré otras personas que seguían afirmando que tales juegos incitaban a la violencia sin aceptar argumentos o razones diferentes. Algún día jugarán.
Si tiene sus dudas venga, juegue y explore qué es lo que siente.
Dentro de las reglas del juego explicadas antes de cada partida, se hace énfasis en que está prohibido el contacto físico así como el lenguaje soez, agresivo e insultante. ¡Se viene a disfrutar!